Solo el mar nos separa (crítica de cine)

En mi experiencia de amante del cine debo señalar que ver por primera vez “Solo el mar nos separa”, con ocasión de la cobertura del 4° Festival de Cine en Lenguas Originarias, ha sido una grata experiencia en términos de novedad, técnica y punto de vista, además de quedarse uno con la sensación, a contracorriente de lo que nos deja el cine comercial nacional estrenado en los últimos años, de que hay en el país un cine en movimiento constante, en búsqueda de nuevas y creativas formas de expresión.

Esta obra coral posee varias particularidades extrañas en el cine nacional: es dirigido y producido, en su totalidad, por mujeres (ubicadas en contextos individuales y colectivos muy distintos); usa como medio comunicacional lo que puede considerarse como correspondencia audiovisual (complementada por mensajes de texto, emojis, canciones) o cine epistolar; sirve para que mujeres en estado de vulnerabilidad se autobiografíen y autorepresenten desde vivencias íntimas, nutridas por la complementariedad y el contraste con las vivencias de sus contrapartes en un diálogo lúcido y cercano; prioriza, por encima de la victimización y sobredramatización, una mirada desde la empatía y la capacidad de resistencia y adaptación femenina.
Publicado 16/03/2023
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